lunes, junio 28, 2010

Past Life pasa a mejor vida

En La Lente F sentimos devoción por los pilotos. La emoción de una nueva serie, nueva trama, nuevas caras... pero como cada año, muchas series son guillotinadas de la parrilla sin dejarnos apenas aprendernos los nombres de los personajes. A veces nos parten el corazón, y otras nos hacen descorchar el cava. FOX sació la sed de sangre de los televidentes e internautas y se deshizo de una serie que cuenta en su haber con uno de los peores pilotos que una servidora, Elag, ha tenido el dudoso placer de contemplar. Aquí viene el porqué.



I saw him! I saw the man who killed me!

Ignoremos el hecho de que la historia da por totalmente aceptada la absurda teoría de la reencarnación: a la frase ya mencionada, emitida por un adolescente de 14 años en medio de un partido de baloncesto, los progenitores responden tranquilamente al principio de locura de su hijo llevándolo a una experta en traumas de reencarnaciones, o como quiera que se identifique técnicamente a esa estupidez.Ignoremos el bautizado “toque Love Hewitt” o lo que es lo mismo, ir diciendo barbaridades a la gente y que ésta se la crea al instante. Como decirle a un señor que su hija muerta se ha reencarnado en un jovenzuelo, algo muy común en “Ghost Whisperer” (otra serie que tal…).Ignoremos el hecho de que sólo se trata de una nueva serie policial, algo que, en serio, empieza a cansar.Y si conseguimos ignorar todo eso, podremos disfrutar de la buena elección del tema que cierra el capítulo. Chris Martin diciéndonos eso de que “those who are dead are not dead; they’re just living in my head” (Coldplay – 42).



Si no lo conseguimos ignorar, no podremos disfrutar de ese momento porque habremos dejado de ver el capítulo antes de su conclusión.

lunes, junio 07, 2010

La Guerra Santa de BSG



El Dominical revisa la mano de Dios en una primera intromisión en la magnífica, según el StafF, serie de ciencia ficción Battlestar Galactica.



Canal de emisión: SciFi. Queda claro que esta es una serie de CIENCIA FICCIÓN.

 Título: Battlestar Galactica. Así que estamos avisados: naves, galaxias y capitanes por doquier.

“Los cylon fueron creados por el hombre, evolucionaron y se rebelaron”. Bien, así que esto va a ser un festival de combates contra malvados robots.

Que los susodichos cylon tienen aspecto humano, viven infiltrados como los humanos, piensan como los humanos, sienten como los humanos, filosofan como los humanos, y dicen justificar su intencionado genocidio contra sus primeros padres en el nombre de su Dios …vaya, esto nos pilla algo más de sorpresa.

Como lo es el hecho de que algunos cylon no sepan siquiera que lo son, motivo por el cual sufren de intensas crisis existenciales.

Battlestar Galactica recrea las típicas conversaciones metafísicas que un grupo de amigos puede tener en una terraza de bar una noche de agosto a las tres de la madrugada y las sitúa en el epicentro de una guerra en la que parece que sólo puede sobrevivir una raza. Las doce tribus humanas (un guiño más que evidente a las 12 tribus que compusieron el pueblo de Israel, la nación escogida por Jehová Dios para vindicar su nombre) son atacadas y arrasadas por completo de la mano de los poderosos cylon, que han superado con creces en armamento a sus creadores. Pero aún queda una tribu, la Tierra, que, según las Escrituras, se sitúa en paradero desconocido.

El piloto nos presenta los personajes a bordo de la nave Galactica, que, gracias a su situación fuera de la atmósfera, consigue sobrevivir al holocausto, y a partir de ahora debe mantenerse en pie, completamente en solitario, contra las hordas cylon. La casualidad hace que la ministra de educación, afectada de un cáncer terminal, se encuentre en el momento del ataque en la nave por un viaje de estado, y la defunción del resto de autoridades políticas la convierte en la inesperada presidenta de las desaparecidas colonias. Su falta de experiencia la confronta con las autoridades militares a bordo del Galáctica, lideradas por el capitán Adama y el alcohólico Tight.


Pronto comprobamos la vuelta de tuerca del asunto: humanos politeístas en una sociedad situada en un futuro muy lejano, que profesan su fe más por superstición que por propia fe. La religión pierde peso en esta nave, pero sí que se siguen manteniendo las costumbres y tradiciones, exactamente igual que la sociedad humana actual. Todo lo contrario sucede con los cylon, seres monoteístas capaces de ver la intervención de su único y verdadero Dios en la más mínima situación, y con un deseo ferviente de acatar sus normas aunque en ello les vaya su artificial vida.

Estas características están presentes en la cylon protagonista, Número 6, encargada de introducirse en el sistema de defensa humano por medio de seducir a un prestigioso doctor en la materia, y así iniciar el particular Armagedón de las máquinas. Su devoción es absoluta, aunque su fascinación por los humanos, en especial por el totalmente escéptico y crédulo doctor Gaius Baltar, permite vislumbrar que los cylon no son simples robots programados para destruir y servir en su propio bando.

Aunque en el transcurso de la serie comprobaremos que la cosa va mucho más allá, en este genial inicio el debate eterno está servido. Partiendo de la base de que el hombre pueda crear vida, ¿está moralmente capacitado para hacerlo?